Tengo, a veces, dudas sobre la forma que tengo de vivir.
Siento estar en una eterna búsqueda, objetivos, personas, personalidades, objetos, experiencias, sabores, lugares... me pregunto cómo es vivir sin buscar, simplemente vivir para vivir.
Me pregunto cómo es vivir sin escapar de los sentimientos, de las emociones, de las inseguridades, sin huir...
Me pregunto cómo es vivir celebrando la poesía, la emoción, la plenitud, el canto del mirlo, el calor del sol, la sombra del abedul, el frescor del agua corriente, limpia y libre.
Me pregunto cómo es vivir sintiendo gratitud por estar viva, por ser yo.
Me pregunto cómo es vivir rodeada por el amor, el propio y el ajeno.
Cómo funciona eso de sentir. Sentirme, sentir mi cuerpo, sentir mi piel, sentir mi respiración, sentirme erguida con mis pies sostenidos por la tierra.
Me pregunto cómo se sienten las personas cuando no intentan evadirse.
Entonces paro, me miro; sé que ya tengo respuesta para todas mis preguntas.
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