Estoy intentando ampliar un poco el volumen de este ¿altavoz? llamado redes sociales. He preguntado aquí y allá y he recogido propuestas y reflexiones valiosas.
Por ejemplo, alguien me dijo que tal vez estaría bien no enseñar imágenes tan bonitas, que por aquí queremos vernos siempre muy guapas y guapos y que romper un poco con eso sería fantástico.
Esto me ha dado la posibilidad de hacer un ejercicio muy interesante.
He dividido ese concepto de lo bonito y lo bello en dos partes: el sentido estético y el sentido de la “guapura”.
Creo que en una fotografía, en una expresión artística, existe siempre un sentido estético. Digamos que es el lenguaje que utiliza esa captura para expresarse, para contar cosas. La luz, las texturas, los encuadres, lo que la imagen pide expresar... podría pensar uno que eso viene dado por quién ejecuta la obra, pero no, es la imagen la que grita hacia dónde quiere dirigirse. Es el alma de la fotografía.
Después estaría el sentido de la guapura, cuan bello es aquello que se fotografía. Aquí nos metemos en un jardín interminable de subjetividad, tenemos horas de debate para cuando queráis.
Pero voy a partir de un base, a mis ojos, todo lo que fotografío es “guapo”, de una manera u otra, todo. Aquí incluyo también mis autorretratos (¡!) Pero quiero matizar algo, nunca los elijo por bonitos o porque me veo guapa, los elijo porque tienen algo que me remueve y/o me hacen sentir incómoda.
En esa incomodidad vive lo que más me interesa a mi y que va más allá de la estética, la guapura o lo bonito:
¿Qué veo? ¿Qué me transmite lo que veo? ¿Qué pienso que transmito? ¿Es adecuado? ¿Está aceptado? ¿Habla de lo que quiero hablar? ¿Me reconozco? ¿Me acepto? ¿Reconozco y acepto lo que los demás ven? ¿Cuánta verdad hay en esa imagen? ¿Y mentira? ¿Qué disfraza esa incomodidad?
Y cientos de preguntas más se esconden detrás de cada fotografía.
La última de hoy sería,
esa persona que ve lo bonito y lo bello en mi perfil de Instagram, vería lo mismo si fuesen su cuerpo y cara los fotografiados ¿?
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Existe en nosotras y nosotros algo puro e innato que la mente limitante no es capaz de entender.
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