Me parece que no contabas con que esto fuera a suceder, que en todos los supuestos en los que se había puesto tu prodigiosa mente no entraba estar delante de la cámara.
Gracias por abrirme las puertas de tu casa, de tu familia, de tu corazón y de tu alma.
Gracias por mostrarme a la mujer valiente que eres, no por hacer todo lo que has hecho en tu vida (que es mucho e increíble), sino por ser capaz de mirarte con ojos nuevos (una hazaña más que sumar a tu lista)
Todas esas cosas son regalos para mi alma, por eso te voy a estar eternamente agradecida.
¿Te acuerdas del deseo por el que te pregunté? La única persona que te lo puede conceder aparece en esta imagen y está deseando ser libre para entregártelo.
Feliz renacer, Bego.
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