Ojalá ser capaz de ver que es más grande lo que nos une que lo que no lo hace.
Ojalá sentir lo que duele al otro.
Ojalá entender que el triunfo de uno es el triunfo de todos.
Ojalá respetar la libertad y el sentir de los demás.
Ojalá entender que tus necesidades son tuyas y no de otros.
Ojalá entender los tiempos y espacios ajenos.
Ojalá menos miedo.
Ojalá más miradas a los ojos.
Porque todo ello significaría que hemos aprendido a amarnos a nosotras y nosotros mismos.
Y es que amar y respetar al que creemos diferente es difícil si un@ no ama y respeta sus propias diferencias.
Ojalá dejar de luchar.
Mírate y ámate, por favor.