Creo que muchos de los conflictos que tenemos nacen de ver cosas que no nos gustan.
Cuando miramos nuestros “vasos de vida”, estamos felices si vemos el vaso lleno o medio lleno, pero nos revolvemos si sentimos que el vaso está medio vacío o completamente vacío.
Como si por estar vacío o medio vacío (según nuestra percepción) fuéramos menos nosotr@s, menos importantes, menos personas; así que nos enfadamos, incomodamos buscamos culpables e intentamos pasarle el vaso a otr@.
Sin saberlo vivimos rechazando constantemente lo que somos.
Por eso es importante respetar los cambios en nuestros “vasos de vida” y vernos y reconocernos en todas las fases.
Dejemos de rechazar y empecemos a aceptar.
Mírate y ámate.