top of page

Lo que se omite


 

“... porque las canciones son cartas nunca enviadas, que se pudren en el bolsillo, como las cosas sin decir se pudren en el corazón y te hacen daño.” Tierra de Campos, DAVID TRUEBA.


Unas veces no se habla o no se dicen las cosas, por educación, por respeto, por no dañar o porque no parece importante. Otras veces, no contamos para no darle validez, para no darle importancia o para no hacerlo real.


Es como si al no hablar de ello no existiera.


Te has preguntado alguna vez a dónde va aquello que no se expresa ¿?


He sido (y puede que siga siendo) una experta en no expresar, y sé que lo que no se pone en el tapete de la vida se adosa al cuerpo de manera instantánea.


He pasado muchos años no llorando para no parecer débil.


O no diciendo lo que pensaba para que otr@s no se sintieran dañad@s o avasallad@s.


O no contando por si era inapropiado.


O sin decir te quiero o te echo de menos por miedo a no ser correspondida.


O sin reconocer que hay veces que no puedo o que las cosas me duelen para no sentirme frágil.


O sin decir basta o no.


O sin decir ¡allá vamos!


¿Qué pasa cuando no se expresa, de la manera que sea, lo que se siente o piensa?


Normalmente cuando el cuerpo se ha cansado de acumular cosas sin expresar se manifiesta y lo hace a través del dolor. Pareciera que ese dolor es horrible y lo peor que te puede pasar, sin embargo, el dolor te protege dejando salir lo que ya no te hace falta.


Muchas veces esos mecanismos de no expresar están tan integrados en nosotr@s y nuestras personalidades que ni siquiera somos conscientes de que los estamos usando.


En una sesión fotográfica salen a la luz muchos de esos patrones, lo que nos permite mirarlos, aceptarlos y respetarlos para dejarlos marchar.




13 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Hogar

Proceso

bottom of page